| 
						
						LOS ABASTOS 
						que son menester para 6 prójimos:
						
						Ø   
						
						
						Una almorzadica 
						de almendras peladas y crudas (como 12/17 almendras) 
						
						Ø   
						
						
						1 diente de ajo (sin el tallo central) 
						
						Ø   
						
						
						Un poco de miga de pan remojado y escurrido 
						
						Ø   
						
						
						1 vasillo chico de aceite de oliva virgen 
						
						Ø   
						
						
						2 cucharadicas de vinagre (o más, si se le antoja a uno) 
						
						Ø   
						
						
						24 uvas peladas y sin güitos
						 
						
						Ø   
						
						
						El agua y la sal. 
						  
						
						LOS APEROS 
						para aviarlo: 
						
						Ø   
						
						
						Un mortero (o, una batidora si se está en modernices)
						Ø   
						
						
						Un azafate donde servirlo.   
						
						
						EL AVIO  
						
						            Machacad en el mortero (mejor en la 
						batidora, comadres) el ajo, con sal, añadir todo los 
						demás avíos menos las uvas y, si se quiere, meter yelos 
						para batirlos también. Cuando tengamos una sopa 
						blanquita y abundante, sin espesuras y bien finica, ya 
						se puede servir, con 4 uvas  por convidado a la mesa.
						
						
						CHURRETEOS PROPIOS: 
						No olvidarse de que los gazpachos andaluces se hacían 
						con sal y vinagre, mejunjes precisos para que los 
						trabajadores del campo, que tantas sudores padecían, no 
						se desecaran con las solaneras. Porque, según dicen mis 
						comadres, cuando arrecia el sol y las sudores te 
						arrebatan el agua del cuerpo, por mucho agua que bebas, 
						te consumes y te desecas como las cecinas; a no ser que 
						le eches sal al cuerpo que es la que agarra el agua. 
						Pero, claro: no era cuestión de ir lamiendo terrones de 
						sal como las cabras lamen las zagas de las casas o como 
						las vacas chupetean piedras salinas en el pesebre para 
						retener más agua y dar más leche. Así que, en caso de 
						marchitamiento, y según aprendimos por allí, ¡a beber 
						agua con sal y vinagre, pero aviada como si fuera otra 
						cosa!
						
						CURIOSIDADES: Decía un cura viejo de mi Pueblo que 
						a Jesucristo le arrimaron a la boca una esponja mojada 
						en vinagre y sal para que no se deshidratara el angelico 
						con las chaladuras que le estaban haciendo y le durara 
						más la agonía. ¡Los muy gazpacheros…!   |